La vuelta al mundo

En nuestro universo todo es cíclico, gira, gira, y vuelve a girar.

Son como nuevas oportunidades que se nos dan para que aprendamos, para que mejoremos cada vez hasta acercarnos a ser modélicos.

Soy de los que piensa, que nada ocurre porque si, bueno, sí, existe la fortuna, la suerte, pero, realmente aparece si no la buscas. Cuantas veces, uno tiene la sensación de ya haber estado allí. La vida es un cumulo de experiencias, donde el error, la metedura de pata, no es más que un duro y difícil aprendizaje. Es la única forma de crecer que tenemos a nuestro alcance, y encima, uno debe de darse cuenta que es realmente la única forma valida de entender el valor de las cosas, de aprender a discriminar lo realmente importante de lo banal y superfluo.

La vida a veces se me antoja corta, a veces pienso que por desgracia, otras, pienso que si fuese más larga no habría cuerpo humano que la resistiese.

El único sentido de esta vida es la regeneración de la especie, la mejora de su vida, y contribuir a mejorar el medio, mejorar en definitiva, la vida de los demás, en cualquiera de sus múltiples facetas, es tan fácil como simplemente regalar sonrisas, empujones, bondad, sentimientos positivos… cosas que de verdad, son muy baratas y que no solo ayudan a quien las recibe, nos hacen crecer a nosotros mismos.

Si además, somos capaces de transmitir la necesidad de enseñar los buenos modos, la bondad, la falta de egoísmo, la comprensión, la humildad, la honestidad, la sencillez… todo sería más fácil.

A veces pienso que en la escuela nos enseñaron mal, no los datos, ni las teorías, nos enseñaron mal la vida, no nos enseñaron de acuerdo a la calidad, a discernir y buscar la excelencia humana por encima de credos, religiones, ideas políticas…, las escalas individuales de muchos flaquean, éxito, prestigio, envidia, soberbia…, esa escala de valores totalmente equivocada y que conduce a este mundo por el camino sin retorno que a veces aparenta.