Punto de partida "mis principios" la acuarela

“A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota”

Madre Teresa de Calcuta.

La acuarela representa el reencuentro con el pincel tras años de abandono, a 9.000 kilómetros de casa y sintiéndome, por primera vez en mi vida, extranjero y solo. Había que decidir entre comportarme como un turista envolvente y dominador o empaparme del mundo real que se mostraba ante mí, me encontré con la naturaleza en estado puro, y os aseguro que te engancha. Pero sobre todo me impresionaron de una manera salvaje, las inocentes y expresivas miradas de los indígenas nativos, la inocencia de esos niños, la enorme bondad de sus mayores…

¿Cuántas veces al día sonreímos (una sonrisa de verdad, no por compromiso)? ¿Cuántos minutos al año dedicamos a jugar, a pasear, a mirar una puesta de sol? Estamos inmersos en un sistema, en una vida, en la que tenemos muchas cosas, menos tiempo para vivir.

Intentamos dar lecciones, imponer modelos y construir un desarrollo que se basa en lo material a aquellas personas que viven en zonas más necesitadas. Tal vez deberíamos revisar esta fórmula y darle un vuelco: aprender de las personas que no tienen apenas nada, que agradecen cada día la posibilidad de darle un techo y comida a sus hijos, que te abren las puertas de sus casas y de su corazón, compartiendo, sin dudar, contigo todo aquello que para ellos es más necesario.

Vivir y compartir con ellas te hace cambiar completamente tu escala de valores y prioridades; nada vuelve a ser igual, no puede serlo.