AÑO

Montserrat 1 de junio de 2014

SOBRE LA OBRA

Acrílico de 162×114 cm.

BROADWAY

Un gran formato, no quiero ni acordarme de las horas de dibujo, el dolor sistemático de mano, sabe Dios las veces que cambie algún color. Los kilómetros andados hacia delante y hacia atrás en busca de la visión global, muchas, muchas horas.

“Brodway” nació de una forma muy distinta a la que suele motivar todo lo que decido pintar.

Sin un porque inicial. Primero encontré la fotografía de Laurent Dequick, reconozco que me cautivo, como muchas de las suyas, después, la evolucione al conjunto de manchas aparentemente descolocadas buscando esa atmosfera mágica desbocada, un poco difusa en principio pero para nada perdida, podría aparentar como si fuese vista desde una óptica embriagada y agobiada cuanto menos por parte del observador, desde dentro, ahí creo que se esconde la razón de su encanto.

En la realidad, en su escala, te impacta, goza de una amplia gama de tonos muy poco diferenciados donde el tamaño del lienzo se apodera y te  trasmite su locura pero sin llegar a agredirte, sin hacerte sentir mal, está justo en esa frontera.

La imagen es fuerte, potente y poderosa Todos los días de alguna manera se repite, muchas personas entrecruzándose en hora punta. Pasan todas a la vez, multitud, pero no se ven, se saben, se creen, se sienten, pero son incapaces de empatizar.

La vibración pictórica te envuelve, en cierta forma aunque dominan los seres, los individuales, no sabes bien por dónde empezar a mirar, a examinar la imagen, esa sensación colectiva acelera la atmosfera, te trasmite ese desasosiego que por común gana normalidad. Los edificios que los encauzan, solo sirven para marcar los límites a la colectividad, nada importa el color del cielo, quien se acuerda de él, aunque siempre está ahí, sin nada nuevo, toda rutina, triste rutina, todo se cuece a nivel de calle, en la zona física preparada,  ocupada y destinada a la escala humana.

Te has parado a pensar alguna vez, cuantas veces a lo largo de años, de toda tu vida, te has cruzado con la misma gente, a las mismas horas, independientemente de la estación del año, siempre en el mismo lugar, cambian los vestidos, las estaciones, incluso los años, pero nunca los protagonistas, siempre con la misma rutina, la velocidad de la época, la velocidad de esta vida.

Alguna vez, pensaste que son como tú, con tus mismas necesidades, con tus mismos anhelos, aparentemente una masa condensada, ordenada, uniforme, etérea en edad, actitud y pensamiento individual, los singulares de la masa.

Todos dentro del sistema,  rutina, necesidad de no parar, pensar en alcanzar la mayoría de los sueños que nos han inculcado, en definitiva todos bien encauzados.

Esta es la vida que nos toca, corre, corre que te pillan, esta es nuestra época. Apliquemos el sentido común y pensemos, que es gratis.