Montserrat 10 de enero de 2016
SOBRE LA OBRA
Acrílico sobre tela de 100×100 cm.
LA FLOR DE CORPUS
A veces uno se enfrasca en desafíos sin entender muy bien como aparecen…
En la última comida con mi madre surgió la frase “no tengo nada pintado tuyo”. No es verdad, pero me deje caer en la trampa. Mi madre tiene 83 años y la verdad pensé que si era lo que la ilusionaba debía hacer el esfuerzo. Pues elige, te pinto lo que quieras…, (y ahí apareció el reto), me hace ilusión la procesión del Corpus.
A lo primero dije, ni loco, pero como voy a pintar una procesión, pero a la vez mi cabeza empezó a darle vueltas. Mira por donde iba a poder experimentar lo que experimentaban los grandes pintores de las Madonas cada vez que el Obispo, el rey o el magnate les encargaban una obra de un tema que no siempre entusiasmaba… La única ventaja, mi madre no me impondría nada, libertad total en imagen, técnica y color.
Empecé a plantearme como conseguir un cuadro que gustase al creyente y fuese más que interesante para el no creyente, seria eso posible, buen reto. Me costó dar con la imagen, elegí el tramo final de la procesión, cuando el Corpus pasa por la calle Corregería y es sometido a un baño constante de pétalos de rosas entre el humo del incienso.
La verdad, me he sentido muy a gusto desde el principio pintándolo, no es fácil de ver, tienes que sumergirte en la tela, imaginar y dejarte llevar. Mi intención… que enganche a cualquiera.
Lo cierto es que cabe la posibilidad que sea muy diferente a lo que espera mi madre. A mí me engancha, pero no soy nada objetivo.