Montserrat 28 de junio de 2015
SOBRE LA OBRA
Acrílico de 200×150 cm.
BAJO LA SOMBRA
No nos sirve todo el mundo, ¿verdad? los años me han hecho muy selectivo, a veces pienso que excesivamente selectivo. A esta edad ya no me apetece enseñar, ni mostrarme, me quedo con quien creo que vale la pena, del resto simplemente paso. Eso sí, sin que lo noten, no se disfruta haciendo daño, nunca. Siempre que alguien me cae mal, pienso, que pensara de él su mejor amigo…., es la manera de positivarlo de alguna forma, porque a veces es eso, una simple percepción individual de una realidad distinta.
En un colectivo, todo el mundo es bueno, ¿no? Quien es malo en este cuadro… Por desgracia, mucha gente solo te cree bueno si se puede aprovechar de ti, ni siquiera los catalogo a estos como malas personas, son más bien “pobres de espíritu”, se mueven por puro egoísmo, y por la devoción a la virgen del puño cerrado, siempre a la defensiva, pensando que los demás piensan y actúan como ellos… No se dan cuenta de más, pero ese es su seguro problema, no el mío.
Quisiera tener el dinero suficiente para no acordarme de él y el necesario para poder ayudar a mis amigos, o mejor, a todo el que me apetezca, pero hasta ahí, porque el dinero envenena y pudre el alma. Desde que empecé a pintar y a relacionarme con gente del mundillo, me he dado cuenta de lo relativo que es todo, que aunque no lo creamos, el mundo es gris.
Empecé pintando niños, porque son los únicos que no saben esconder nada, las emociones, los sentimientos, siempre aparecen en sus ojos, en sus miradas, luego nos pasamos la vida aprendiendo a esconder todo, sobre todo el alma. Así nos va…. Todos a la sombra.